¡El frío ha llegado para quedarse! No podemos hacer nada para evitar las bajas temperaturas… ¡pero sí que podemos reducir su impacto en nuestra piel! Aparte de vestir con los tejidos apropiados para la estación (que transpiren y mantengan el calor corporal), es aconsejable seguir una serie de rutinas. Toma nota de nuestras recomendaciones.
Hidratación del organismo
Aunque con la llegada del frío no sintamos la misma necesidad de beber agua que en verano, es importante mantener hidratado nuestro cuerpo; por eso, te aconsejamos consumir 1,5 – 2 litros diarios. No es necesario que tomes grandes cantidades de agua, reparte las dosis de líquido a lo largo del día y ve bebiéndolas poco a poco, aunque no sientas sed. Al igual que en verano, también es muy recomendable la ingesta de alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes (la fruta es clave para que tu organismo esté bien hidratado).
Hidratación de la piel
¿Recuerdas que con las altas temperaturas aconsejábamos proteger la piel expuesta al sol? Ahora ocurre algo similar: es importante tener cuidado con las zonas del cuerpo que están en mayor contacto con el frío. Nuestro rostro suele ser la zona más perjudicada por el cambio de temperatura; pero tampoco hay que descuidar las manos. Para evitar que la piel se irrite (e incluso termine levantándose), te aconsejamos aplicar cremas, labiales… La variedad de productos destinados a este tipo de hidratación es realmente amplia. Es importante que selecciones artículos orientados a tu tipo de piel ya que, sin duda, serán los más efectivos. En Perfumerías Alderete encontrarás una gran variedad de productos y el mejor asesoramiento para que tu elección sea todo un acierto.
Limpieza diaria
A la hora de lavarte (especialmente cuando se trata del rostro), hazlo a una temperatura que no resulte demasiado elevada. Ten en cuenta que el agua demasiado caliente puede alterar el manto hidrolipídico. ¿Qué significa esto? Nuestra piel cuenta con una barrera (una mezcla de sudor y sebo) que cubre la parte exterior. Esta barrera es la que impide la pérdida de agua y bloquea la penetración de sustancias indeseables. En definitiva: lavarse con agua demasiado caliente perjudica a la barrera protectora de nuestra piel. Evidentemente, esto no quiere decir que haya que lavarse con agua helada en plena ola de frío… ¡hay que adoptar un término medio razonable entre ambas temperaturas!
Como ves, se trata de consejos muy básicos pero de lo más útiles. Ponlos en práctica y tu piel te lo agradecerá. Para recomendaciones más específicas acerca de productos o sobre tu tipo de piel y situación concreta, no dudes en visitar nuestras perfumerías. ¡Estaremos encantados de ayudarte!